Puede parecer una pregunta muy banal y puede que hasta insignificante, pero realmente existe una lógica detrás del aliño de cualquier ensalada. De hecho, apuesto a que la respuesta te sorprende.
Si preparamos los tres ingredientes más populares para aderezar una ensalada tenemos: el aceite, el vinagre y la sal. Y curiosamente, ese es el orden más usado a la hora de preparar este plato. Sin embargo, eso es erróneo.
El orden correcto para aliñar una ensalada es primero la sal, luego el vinagre y por último el aceite. Justo al revés de lo que todos creemos.
Esto no es ningún invento nuevo, sino que tiene fundamento en la propia química de los alimentos. La lógica de echar el aceite al final se encuentra es su textura oleosa, que cubre a modo de película los ingredientes impidiendo al resto de aliños ser absorbidos. ¿Pero por qué la sal primero? Pues simplemente, porque de esta manera puede penetrar más fácilmente en alimentos como el tomate o el pepino. Es por ello que, repetimos, el orden correcto es: SAL, VINAGRE Y ACEITE.
En referencia a este mismo tema, podemos encontrar otros consejos que harán que tus ensalada estén siempre ricas y en buen estado. Un primer tip es no echar el aliño hasta última hora, justo antes de comer, ya que si dejamos la ensalada mucho rato con el aceite y el vinagre puede hacer que la lechuga y otros vegetales queden mustios. Por lo que, por esta misma razón, no es recomendable guardar la ensalada en la nevera para tomar otro día si ya la hemos aliñado.
¿Has probado a echar primero el aliño? Escoge un bol profundo, incorpora primero tu aliño y a continuación los ingredientes de tu ensalada. Remueve bien y listo para disfrutar.
3 ALIÑOS SALUDABLES PARA TUS ENSALADAS
A día de hoy, son infinitas las recetas de vinagretas, salsas y aliños para darle un poco de alegría a cualquier ensalada. Sin embargo, es fácil caer en la tentación y camuflar su sabor con salsas y aliños de lo más calóricos, quitándole a este plato su lado healthy. Es por eso que te proponemos 3 aliños fáciles, ricos y saludables:
1- El francés: Se trata de una modificación de la típica vinagreta (sal, pimienta, vinagre y aceite) pero añadiendo una cuchara pequeña de mostaza y otra de miel.
2- Salsa césar light: Mezcla en un bol un yogur natural sin azúcar, zumo de limón y un poco de mostaza. Una vez integrado coge una batidora y tritura un par de anchoas y un manojo de perejil e intégralo todo. Si buscas una salsa más contundente puedes añadir un huevo duro troceado.
3- Salsa asiática: Mezcla aceite, un chorrito de vinagre y un poco de curry en polvo (picante o sin picar, dependiendo de la composición de la ensalada y de lo atrevido que seas). Añádele yogur natural, más o menos, dependiendo de lo intensa que quieras que sea.
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